Camilo Abad y Satorre

Camilo Abad y Satorre

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Existe un legajo (un conjunto de papeles que se corresponden con un expediente) preservado (guardado) y conservado (no perdido) en el archivo municipal de Albaida del presbítero de Valencia Camilo Abad y Satorre. Entre ellos, una escritura de venta de una casa en Muro de Alcoy hecha en Albaida; un cuadernillo de recetas (dolores, antirreumática, heridas), tisanas (de la vida, a los que echan sangre por la boca) y métodos curativos (sífilitis, humores, cólera); un pergamino de su título de bachiller de derecho civil (1798); una hoja de los gozos de San Engracio de la parroquia de Aielo (1840); las indulgencias de 1775 de la iglesia de la Asunción de María de Albaida y una hoja manuscrita escrita en dos columnas correspondientes a las dos últimas páginas de la biblia valenciana de Bonifaci Ferrer publicada en 1478. 

 

Mirando a contraclaror, la filigrana es “SABATE” (ver explicación de “filigrana” en la fotografía adjunta). Uno de los problemas estructurales de la manufactura papelera (molinos) en los siglos XVIII y XIX era el suministro de paños viejos, la materia prima fundamental, que podían ser del II, cáñamo y, posteriormente, de algodón, y que atendiendo a ciertos criterios determinaba la calidad del papel resultante.

¿Sabías que la cuarta lengua en la que se imprimió la Biblia fue la valenciana? La primera fue la Vulgata latina (Gutenberg, inventor de la imprenta, en 1455 en Maguncia); la segunda, en el alemán (1466); la tercera, la versión toscana (italiano, 1471); y la cuarta, la valenciana atribuida a Bonifaci Ferrer, impresa en Valencia, por Alfonso Fernández de Córdoba y Lambert Palmart, en 1478. Bonifaci era hermano de Vicent Ferrer (Sant) e inició en la cartuja de Portaceli (Serra, Camp de Túria ) la traducción de la Biblia hacia el año 1400. Dice así el colofón: «Termina la Biblia muy vera y católica, sacada de una Biblia del noble mosén Berenguer Vives de Boil, caballero, la cual fue trellada de aquella propia que fue remansada en el monasterio de Portaceli, de lengua latina en nuestra valenciana, por lo muy reverendo micer Bonifaci Ferrer, doctor en caso derecho y en facultad de sacra theología».

 

Esta Biblia fue revisada posteriormente, antes de ser impresa, por el dominicano inquisidor Jaume Borrell. Fueron impresos seiscientos ejemplares que pronto debían tropezar con las reticencias de la nueva Inquisición, la castellana, extendida a la Corona de Aragón por obra y gracia de Fernando II, aún no «el Católico», en 1482. hubiera una Biblia en valenciano no le gustó lo más mínimo a Tomás de Torquemada. En 1498, a instancias de Torquemada, se inició el proceso contra la Biblia en valenciano. El inquisidor en Valencia, Juan de Monasterio, ordenó la incautación de todos los ejemplares de la Biblia. Los volúmenes de la Biblia remansada (poner en romance o lengua vulgar románica lo escrito en una lengua clásica) de fray Bonifacio debían ser entregados a la Inquisición, so pena de incurrir en delito de herejía, y quemados. 

 

Finalmente, las Biblias se quemaron; todas? Una sobrevivió y llegó a la Biblioteca Real de Estocolmo (Suecia), pero se perdió en el incendio que arrasó esta biblioteca en 1697. De esta Biblia valenciana, hacia 1480, se imprimió el libro de los Psalmos en Barcelona, que ha sobrevivido en un único ejemplar, hoy en la Bibliothèque Mazarine de París. Y el azar quiso que se salvara una hoja, la última, de la Biblia valenciana. 

 

Bien, el comportamiento de la Inquisición fue tal que la Biblia desapareció e incluso hay quien dudó que hubiera existido. De todas formas, el crimen no fue del todo perfecto. Dejó huellas, muchas, y de los seiscientos ejemplares condenados a la hoguera quedó la hoja de uno que fue a parar a la cartuja de Portaceli, la cuna de la obra. En el cartujo Juan Bautista Civera (1575-1655), alcoyano, mientras escribía la historia de su establecimiento monástico, era en 1646, un cura de Valencia le entregó cuatro hojas de la Biblia valenciana. Los Annales de la cartuja de Porta Coeli de Civera constaban de dos partes: una primera, De totis, y una segunda o Vida de varones ilustres de Porta Coeli en cuyo manuscrito inserta la última hoja de la Biblia valenciana. 

 

El manuscrito llegó a ver a Jaume Villanueva (fare dominico, teólogo y erudito setabense) a principios del siglo XIX, pero posteriormente se perdió con la exclaustración de 1835. A finales del siglo XIX, el manuscrito de Civera apareció en una masía de Bellver de Cerdanya (Lleida). La asociación Lo Rat Penat lo presentó en Valencia en 1908. El erudito alemán K. Kaebler, experto en incunables, estudió la hoja y concluyó que era parte de la Biblia desaparecida («The Valencian Bible», en Revue Hispanique, núm. 21, 1909). Las ofertas al agricultor cerdá fueron muchas y finalmente lo vendió a un anticuario de Barcelona y poco después fue adquirido por la Hispanic Society de Nueva York, que es donde actualmente está.

Continuando con el legajo de los Abad en el archivo de Albaida, hay una cuartilla de 12 páginas y una hoja suelta (dos páginas) donde se habla de tisanas, recetas y remedios caseros (año 1834). 

 

1)Tisana para curar a los que tiran sangre por la boca. Ingredientes : liquen inlandico (1 onça), malvavisco (3 onces), regaliz (2 onces), goma arábiga (3 onces), violetas (1 onça), flor de malvas (1 onça). 

 

Onza : unidad de peso, era la duodécima parte de una libra. La libra valenciana equivalía a 355 gr.;

 

2)Tisana de la vida. Descubierta por el médico del rey Enrique de Francia. El padre del médico vivió 108 años tomándose la tisana de la vida, y él, Caterina, el médico, vivió 120 años. Se toman dos vasos (12 onces) en ayunas, 3 vueltas (primavera, canícula, otoño) al año durante 15 días. Ingredientes: medio almud de avena puñado de raíces de achicorias silvestres, media onza de cristal mineral dos cucharadas de miel. En las anotaciones apuntan : es bebida agradable al tomarse. 

 

Almud: Antigua medida de granos, de valor variable, equivalente en tierras valencianas aproximadamente a cuatro litros; también era el recipiente de madera en forma de pirámide cuadrangular truncada que servía para medir granos;

 

3)Composición del agua de Bañares (pueblo de La Rioja). Ingredientes picados en un mortero de piedra: tartrato, sal de higuera;

 

4)medicina para tercianas (aparece, una clase de fiebre palúdica-malaria-, cada tres días) y cuartanas (cada 4 días). Ingredientes: chapuza de levadura y “doncelo” verde picado;

 

5)receta para los dolores: todo picado en un mortero de piedra: raíz de briònia (carabassina), oroval, hojas de tabaco verde, romero. En un perol se mezcla todo más aceite común, vino, aguardiente;  

 

También escribe el método curativo de la sifilitis (sic), dolores de herpes y resto que tienen su origen en la masa de la sangre y en la irregularidad y acritud de los humores

 

Humores: en la medicina antigua, eran líquidos corporales como la bilis, el atrabilis, la pituita y la sangre cuyo grado de equilibrio se consideraba que dependía la salud y el temperamento de una persona.

 

Otras recetas son: a) para “saratanas” (sic) (cáncer de mama), esguinces y opilaciones; b) anti-reumática; c) para toda clase de heridas, contusiones, llagas frescas y viejas; d) para curar el cólera (extraída de lo publicado en el Diario de Valencia) de 1 de agosto de 1834; 

 

os dejamos el enlace del diario por si unos pica la curiosidad: 

https://weblioteca.uv.es/cgi/view.pl?sesion=2021111113244016581&source=uv_se_b10210349_18340800&div=1 

 

Para todo hay remedio, menos para la muerte” y “Quien tiene daño, busca remedio”. 

 

Dicen y cuentan los mayores (sapiencia popular) que las medicinas más importantes son la doctora Alegría, el doctor Sol, el doctor Sueño y el doctor Aliment y que cuando esta medicación falla hay que recurrir a la doctora Medicación. 

 

Los remedios son lo que se aplica para curar o aliviar una enfermedad. Los remedios caseros tan conocidos por nuestros antepasados y que tan poco provecho tienen actualmente. Medicina natural respetuosa con la medicina convencional. 

 

Tratamientos preventivos, remedios caseros, recetas ancestrales, ungüentos, infusiones, etc. se trata de comprender, aprender y aprovechar los recursos y virtudes de la naturaleza. 

 

Una vieja filosofía de la vida y la salud. Una mirada al pasado o un apunte contra el olvido. 

 

La tisana es la forma más habitual de extraer las sustancias curativas de las plantas y productos vegetales y se han bebido a lo largo de los siglos, tanto como medicina como simple placer. Incluye tres procesos: infusión (agua hirviendo con plantas troceadas), cocción (cocer las raíces o tallos para extraer más sustancias) y maceración (reponer para ablandar y extraer partes solubles). 

 

Las plantas medicinales son los remedios más antiguos de la humanidad. Todas las culturas han utilizado recursos vegetales para tratar enfermedades y afecciones de forma natural. Y no sólo investigan sus propiedades los partidarios de una medicina alternativa, también los grandes laboratorios farmacéuticos porque más de la mitad de los fármacos del mercado actual están realizados con plantas medicinales. 

 

Las primeras farmacias de las que tenemos noticia son del siglo X. El boticario era una especie de médico y farmacéutico rodeado de morteros, matraces, embudos, pipetas, pinceles, frascos, filtros, espátulas y recipientes. 

Josep Moll
Salud y pelota